Y después de pulir.... encintar, armar, soldar, lavar, patinar, darle brillo y lucir!

Cuando todas las piezas están pulidas, se procede a encintar cada una de ellas con cinta de cobre. Se debe asegurar que la cinta quede bien ajustada y alineada.  Este paso es importante porque es lo que permitirá poder soldar las piezas entre sí.

 

 

Una vez encintadas todas las piezas, se colocarán sobre un mapa que contiene el diseño del vitral que se está haciendo. Se armará como si fuera un rompecabezas.  Se le debe poner un soporte alrededor del mapa, para que las piezas queden ajustadas y no se mueva durante el proceso de soldadura.

 

 

 

 



Luego de colocar todas y cada una de las piezas sobre el mapa, deberemos impregnarlas con fundente.  Se toma un pincel y se pasa el fundente sobre la cinta de cobre, esto permitirá realizar la soldadura.

 

 

Y ahora mi parte favorita... soldar el vitral.  Para ello se necesita un cautín y soldaduras.  Se requiere precisión y un buen manejo de ambas cosas, ya que estaremos usando nuestras dos manos simultáneamente.  Se necesita mucha concentración,  en algunos casos se hace un cordoncillo con la soldadura, en otros casos se hace una soldadura plana.  Se debe tener mucho cuidado porque las quemaduras con el cautín, o con la soldadura y sus salpicaduras, te dejan señas en la piel.

Se debe tomar en cuenta que no solo se solda  por el frente, si no que también se debe soldar con igual esmero el envez de la pieza.

 

 



Finalmente desprendemos nuestro trabajo del marco que se usó para mantener las piezas fijas, y se lava muy bien, con un preparado  casero o con un detergente especial para vitrales, esto con el fin de  quitar todos los residuos aceitosos del fundente y salpicaduras de soldadura.

Viene ahora la parte de los acabados, la soldadura es de un color plata, lo cual muchas veces no da un acabado bonito en el vitral.  Para lograr un mejor acabado se tiñe la soldadura con productos especiales que se llaman pátinas, hay color cobre, negro, caoba y otros.  La pátina se pasa con un cepillo de dientes, o con  un pañito.  Debe quedar parejito para que quede muy bien. Al igual que en el proceso de soldadura, no debemos dejar por fuera el envés de la pieza.

 

Y ahora, una lavada más, y seguimos con el pulidor para este tipo de vidrio, es un líquido especiasl, que le resaltará el brillo y los colores al vitral.  Se pasa sobre el vitral con un pañito que no suelte peluza o con una camiseta vieja, y le deolverá la vida al vidrio.

Y ahora... tarán, tarán, tarán!!!! A lucir el vitral.